Todo gira en un entorno monótono,
de pensamientos monótonos.

Así es la vida de los seres humanos (en general),
con el mismo pensamiento, sin productividad,
y si las llegan a pensar, no avanzan porque no las dicen al
aire ni de forma escrita.

Si queremos cambiar, debemos de pensar,
y si debemos de pensar que sea algo diferente a
los demás.

Para saber, hay que leer,
ver la realidad,
y ver más allá de una vida real.

Mirar el pasado no es malo,
en cuanto a errores de la vida,
mirar el futuro no es inconveniente,
pues al menos tienes planificado al hacer tu vida.

Solo es cuestión de hacer actos y no dejar que las
palabras se las lleve el viento.

-Karen Luna

El deseo de escribir

• 
  
  
  
  Con el deseo y fervor de escribir. Las letras empiezan a soltar feromonas,
  para hacer la atracción de nuevas palabras.
  Se pegan, se juntan, dan sonido, y dan sentido.
  A través de tu cuerpo,
  a través de tu cadera, voy formando
  cadenas de censura.
  Cada paso que doy con mi aguja, lo
  voy plasmando en tu cintura,
  marcándote, y dejándote huella,
  hasta en lo último de tu cabellera.
  Ahora, en estos instantes, salieron chispas
  del teclado,
  desgarrando la pintura,
  por cada tecleo que doy.
  
  ¡Mmmm! esto me huele a satisfacción;
  

  • el poder de tus ojos inherentes, que
    penetra mi corazón,
    tu voz, tu aroma,
    tu rostro, tu cuerpo es una escultura divina,
    gracia de Dios.
    Me encanta escribirte, volverme loca entre mis locuras.
    Mis labios se quieren aferrar a ti,
    quieren ser imanes, para no despegarse de ello y que mis manos sean
    una travesía sobre tu cuerpo.
    Ahora más que nunca te deseo, quiero que seas mío,
    y vivir junto a ti por siempre, y nunca terminar en un fin,
    sino un sin fin.
    
    -Karen Luna