domingo, 1 de septiembre de 2013

La loca de la calle



Noche trascendente de obscuras transacciones y perturbador
por las calles.
Los gritos suena por el otro lado de la cuadra era atemorizante y escalofriante y hasta resonante en las ventanas del carro andante.
El corazón late tan rápido que deja sin aliento...aliento escaso y putrefacto, ojos horrorizantes y sin vida. Ya no puedo andar por el miedo de ese grito, pero mis manos se aferran al volante y de la adrenalina que hay en mi interior el pie pisa el acelerador ¡no me puedo quitar de la cabeza ese maldito grito de dolor! Me intriga tanto que voy a la cuadra. Mis ojos no lo puede creer lo que ve. Es...es...una mujer colgada del cuello del techo de su casa, acuchillada y con la sangre derramada. Quedé completamente anonadada, mi corazón estaba sobre exaltado y mi respiración casi agotado, quería salir del carro, huyendo por esa tormentosa imagen que se quedó grabada en la cabeza, esos pensamientos sobre la mujer colgada, ya no puedo estar tranquila, y solamente quiero llegar a la casa a descansar. Volviendo a la realidad acelero el carro una vez más para salir de esa cuadra tormentosa, llego a una esquina donde la tienda está abierta a las veinticuatro horas del día para comprar un tabaco para calmar mis nervios y mi ansiedad. Por fin llego a la casa y me fumo el tabaco, mis nervios se esfumaron y me voy a la cama a dormir. Quiero cerrar los ojos, pero de nuevo ese maldito grito en mi cabeza, me desespero y quiero ir allí ¡allí en donde hay ese grito tormentoso y doloroso!Pero no quiero y no debo. La ezquisofrenia tal vez haya regresado a mí, escucho otra vez esos gritos de desgarro. En mi puerta veo algo, ¿una niña con sangre en la boca?No, no es posible, oh si es posible ¿se está acercando? no lo creo. ¡Aléjate! ¡Vete! ¡Vete de mi vista y de mi cabeza! Salgo de mi cuarto y corro hacia la calle en pijamas y veo a todos lados gente demacrada con sangre en los ojos y con rajadas en las mejillas, doy vueltas inconexas. Estoy desesperada, me jalo los cabellos y lloro por ver a esa gente, amaneció y sigo viendo lo mismo; volteo y es una especie de ambulancia pero de color negra y gente de blanco, caminan hacia mí, pero...pero... me quieren atar los muerdo y quiero salir corriendo, y de nuevo tratan de atarme y lo hacen y me llevan a una clínica donde hay personas que hablan con la pared, comen periódico o simplemente están viendo la venta sin razón alguna ¿y a mí que me hacen? Me encierran en un cuarto amarillo donde de repente se convierte en líneas de sangre. Escucho susurros de que dicen que soy la loca de la calle y que simplemente imagino cosas, ¡Pero lo mío no es imaginación! Es real la situación. Y saber que estaré aquí encerrada por el resto de mis días con esos gritos de tortura que viven dentro de mi mente
                -Karen Luna

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