jueves, 29 de mayo de 2014

La historia de mi amiga Ana

Ana, una chica inteligente, amable amorosa y muy servicial. Iba en secundaria en segundo año. Comentaré su relato o su pequeña trayectoria de vida...

Todo comenzó desde sexto grado de primaria. Ana era feliz, lo tenía todo: amigos, tranquilidad, familia y sobre todo felicidad. Hasta que la cambiaron de escuela. Un lugar nuevo para ella, donde todo era desconocido y tenía que empezar de cero. Y digo empezar de cero porque no conocía a nadie, es más ni la escuela. Le daba un poco de miedo, que las primeras clases no hablaba por timidez.

Conforme avanzaban los días, nadie le hablaba y ella se cohibía y hasta que un día me le acerqué para sacar plática. Era una compañera muy agradable y no entendía por qué los del salón no le hablaban. Los días siguieron avanzando e iba empeorando. Ya los niños del colegio la miraban mal, decían: "mira a la rara", "tiene pies chuecos y es de cuatro ojos". Ana no le tomaba importancia al principio y yo como buena compañera la defendía, Siguieron pasando los días, las cosas aún eran peor.

Ella caminaba por los pasillos y le aventaban bolas de papel a sus espaldas, en su cara, se reían de ella y yo me oponía y les preguntaba: -¿Por qué le hacen eso a Ana?- y nade me daba una respuesta, me llené de coraje, porque la verdad, nade me decía nada. Esa vez de la bola de papel me dijo Ana que extrañaba su escuela, sus amigos y más que nada su felicidad. Y le pregunté que sí porqué la trasladaron y me había respondido que se habían cambiado de casa y que este colegio le quedaba cercas de su casa. En fin, Ana se puso a llorar en ese instante y yo le di mi afecto.

Llegó junio y finalizó el ciclo escolar. Todos estábamos felices por terminar 6to grado de primaria porque íbamos a pasar a secundaria. Yo daba de brincos y de alegría, porque dije:- secundaria, gente nueva, chicos guapos, amigaos, y tal vez popularidad, puff y muchas cosas más- Ana comentó esa vez: -Lo sé imagínate Flor: tú y yo. Las más popus, y tener muchos y muchos amigos- Nunca había visto la expresión de felicidad de ella y más que nada el sueño que compartíamos, ella se hizo mi mejor amiga.
Llegaron las vacaciones, que por cierto ¡Ah que vacaciones! iba de paseo, invitaba a Ana a jugar, platicar, ir al cine, ver esas películas de romance de adolescentes, y lo más padre, comentábamos de qué íbamos hacer en la secu, ya que habíamos entrado en la misma escuela y quedado en el mismo salón El chiste es que las vacaciones estuvieron al cien. Aún lo recuerdo a la perfección, ¡Ah como olvidarlo!
Llegó agosto, etapa nueva y desconocida a la vez. Me dio risa esa vez que entramos a la escuela y más que nada al salón, ahí todas temerosas y tímidas y le dije a Ana: -Ana ¿ya miraste al chico de los ojos azules?- -Si Flor, está bien guapo. Y las dos bien coquetas mirando a chicos, nos empezó a despertar esas curiosidades o gusto por los niños. Pues claro, éramos adolescentes y pubertas. (Suelto una risa).
Todo el primer año fue divertido, teníamos buenas calificaciones, no éramos muy sociales a como lo habíamos planeado pero si teníamos pocos amigos. No del salón pero si de otros grupos.
Legamos al segundo año. ¡El maldito segundo año! Ya unos se habían cambiado de escuela, otros se salieron, como sucede cada año, cuando son cambios de ciclo escolar. De nuevo; profes nuevos, compañeros nuevos, y ¡oh, oh! nos sorprendimos ese lunes de comienzo si no más recuerdo había entrado: Rubén, Claudia y América, uno de los muchos niños que molestaban a mi amiga y querida Ana. Si supieran como se le pusieron los ojos a Ana. Ojos de miedo y triste. Fue la verdad algo muy incómodo. Pasó la primera semana y las cosas estaban, meh algo tranquilo.
Segundo lunes; Rubén, Claudia y América empezaron a tomar poder en el salón. Mandaban a los demás, se creían mucho y de esas que decían: "Yo soy mejor que tú y no me importa lo que me digas, simplemente soy mejor que tú". Odiaba tanto eso que Ana me decía:
- Tranquila Flor, mientras no le tomes importancia, todo estará bien-.
Los profes no se percataban de eso, porque todo estaba muuy maquillado. Al terminar la segunda semana (ya que era viernes) a la hora de salida, empujan a Ana, y ella se queja. -¿Qué pasa Ana? -Nada Flor, solo un pequeño empujón. -¿Segura? -Sí, no te preocupes. Pues si me preocupé. Fin de semana, todo tranquilo, Visité a Ana, comimos nieve, estuvimos leyendo la revista actual de Tú, (empiezo a reír), contestar los test que me daban risa, ver tips de moda y todo lo que hacen las adolescentes y ese fin de semana me quedé a dormir en la casa de ella y de la nada me pregunta: - Oye ¿Por qué se habrán metido América y ellos a nuestra escuela? -No lo sé. -Tengo miedo de ellos. -No hay que temer, tú me has dicho que no hay que tomarles importancia. -Es cierto.
Esas palabras me  llegaron mucho. Lunes, empezar de nuevo.
Todo el salón era muy diferente. Nos miraban feo, susurraban sin nosotras entender nada. Nuestra piel se erizaba, Y volteé a ver a Ana y estaba pálida de incomodidad. Nos sentamos en el mesabanco nerviosas a esperar la clase. En un instante dijo uno:- Oye tú Ana, voltea, si tú la cuatro ojos - y temerosa volteó e igual yo. Tenían un dibujo muy feo de ella con lentes y chimuela, claro ella no era chimuela.
- Y tú flor ¿para qué volteas? A caso eres metiche o que. Le respondo: -No tontis, y rompe ese dibujo, es más lo tomaré y se lo enseñaré ahorita al profe. Me paré, le arrebaté el dibujo y esperé al profe.
 
En una de esas, le avientan una bolita de papel mojado con saliva a Ana, y Ana inmóvil no dijo nada y esa vez le dije a ella: -Ana, no dejes que te hagan eso. - No es nada. -Claro que sí. -Te diré la verdad, tengo miedo, mucho miedo. Ayer estaba conectada y los feos esos me decían de coas y que si hablaba me iban a golpear. -¿Y por qué no le dijiste nada a tus papás? -Porque no quería que se enteraran por lo mismo. - Eso está mal, háblalo con ellos. -No, no quiero. En un instante, entra el profe y le hago entrega del dibujo y dice el profe de la materia de español: -¿Quién hizo esto? -Profe yo sé quién fue. -Haber flor, dime. -Fue Esteban. -Esteban ve a prefectura.

Yo estaba feliz por el acto que hizo el profe, pero Ana estaba muy desconcertada. Acabó la clase y salimos a receso. Fuimos a comprar. Mientras pedíamos, llega Estaban y nos dice: -No saben a lo que se atienen par de mongolas, esto no se queda así y tú cuatro ojos no sabes lo que te espera. No entendía que tenían en contra de ella, moría de coraje y la miraba y estaba triste. Esa vez, cuando se nos acabó el receso, entramos al salón. Y miramos en el pizarrón que decía: "cuatro ojos, tienes los ojos del color del gargajo, eres tan flaca como la calaca, y tu cabello es como la barba". Ana estaba a punto de llorar, pero se aguantó y yo agarré un pedazo de hoja y borré el pizarrón. Y todos haciendo bulla, por haber borrado lo que decía y le dije a Ana: -Ana, están mal de la cabeza y son unos tontos. - Lo sé flor, pero ¿por qué a mí? ¿Qué les he hecho? -No lo sé, hay que acusarlos a la dirección. -No flor. No quiero. Recuerda lo que te dije. -No me importa, hay que ir y no tiene que ser así. Al final de cuentas no fui, porque ella me lo pidió y pues aparte estábamos ya en clase. Escuchábamos susurros que decían: Ana es rara, Ana parece el patito feo, si parece que está tontita. Y así fue en el transcurso del día. Esa vez me recogieron mis padres primero y Ana se quedó esperando a los suyos. Yo no me podía quedar porque tenía cosas que hacer con mis padres. `Pero me quedé con un pendiente, que hasta mi estómago me dolió y le mandé un mensaje a su cel y no me lo contestó, le marqué y nada. Pensé que posiblemente se le apagó el celular o no tenía saldo.

Pasó el día, las horas y nada. Tuve que ir a visitarla. Toco la puerta y nadie sale. Regresé a mi casa, y pasé una mala noche. Llegué a la escuela al día siguiente y no veo a mi mejor amiga. Me pregunta Estefanie: -¿Y tu chicle? -No digas eso, es más pregúntame por su nombre, no de decir chicle, es más, ¿Sabes algo? -Eh no, -Mmm bueno.
Todo el maldito día estuve sola y ni luces de Ana. No saben cómo me sentía esa vez. Me conecté a la compu y yo la miraba en línea. Le llamé a su casa y nada. No pude dormir de la preocupación. Ya era jueves y Ana llegó tarde a la escuela y ella no solía llegar tarde y le había preguntado: -Ana ¿Qué pasó contigo?, te estuve marcando, no te miré en línea, dime que pasó. -Nada Flor, nada. Solamente quería estar a solas un poco. Me sorprendió la actitud de ella y bastante. En cuanto los compañeros decían: -¿Que pasó cuatro ojos? ¿Acaso ayer te quedaron ganas de hablar? pobre tonta. -Aww eres tímida, sabes los tímidos son mediocres, ups, tú lo eres. -¿Te comieron la lengua? -¿Por qué no hablas pedazo de cucaracha? -¡Ya basta!, déjenle de decir eso. Yo les grité. -Cállate tú, no te metas. -Habla cuatro ojos, pedazo de calaca, defiéndete oh, no recordaba que no sirves para nada ojos de gargajo.

Todos los compañeros le decían cosas horribles, le decían tonta, mensa, mal parida y yo trataba de defenderla. Ella era indefensa, no sacaba carácter. Ese mismo jueves, ella salió del salón y no me dijo a donde iba, si al baño, a las canchas, absolutamente nada me dijo a donde iba a ir. A los 5 minutos salieron los que las molestaban a ella. Pasaron 30 minutos. Y regresan aquellos ineptos y nada de rastro de Ana. Pasa una hora, dos horas, los profes y yo preocupados, salimos a buscarla y estaba en el baño desmayada, tirada sobre la tasa del baño y en su blusa blanca decía: "soy flaca como la cala y me gusta que me den por atrás y por delante". Lloré de la tristeza y del coraje. Mis profes se la llevaron al hospital y de hecho fui con ellos. Esa vez me hablaron los papás de ella y llegaron de inmediato. Estaban furiosos y los profes preocupados e inclusive esa vez llegó mi mamá también preocupada. Pasaron muchas cosas. Ana no quería hablar, ni yo que era su mejor amiga quería hablar conmigo.

Pasó viernes y Ana no fue a la escuela por motivos de recuperación de salud. Pasó sábado, domingo, lunes, martes y llegó miércoles y Ana había regresado a la escuela. Ya no era la misma. Era callada, cerrada, no hablaba, Cuando llegó receso nos quedamos solas y ella soltó en llanto, que no quería la escuela, que su inbox estaba lleno de insultos como hija de puta, eres basura, que mejor no hubiera nacido, que su mamá la hubiera abortado, que sí que hacía en el mundo, en la escuela, puff, no saben qué cosas tan fuertes me había enseñado en su inbox. Todavía no acababa el receso cuando entran la bolita, agarran su mochila, le sacan sus cuadernos, y le rompen todas sus hojas con sus apuntes, leen en voz alta su diario, quise detenerlos y me sacan del salón y los prefectos y profes ni en sus luces. Lloré en ese momento al ver cómo le escupían la cara a ella, le decían de cosas. Y yo sin hacer nada, sin poderla defender. Inmóvil, me quedé en shock. Pasaron segundos y volví a la realidad por decirlo así, corrí a prefectura a decir lo que ocurría y en efecto dieron respuesta. Fueron corriendo al salón y estaban anonadados, abrieron las puertas. Para eso Ana ya estaba golpeada y ensangrentada. No daba crédito de lo rápido que le hicieron daño. Pues como no, eran 8 estúpidos contra una. Los padres de Ana, llegaron por ella y se la llevaron al hospital y me llevaron también.

Les platiqué todo lo sucedido y sus ojos de que no lo podían creer, mientras Ana estaba recuperándose, para entonces yo estaba con sus papás a fuera del cuarto donde se encontraba internada. Les dije: - ¿Por qué no la cambian de escuela? me responden: -Porque queremos que se haga justicia. Yo ya no les dije nada. Al día siguiente los mugrosos aquellos no fueron a la escuela y me dice Álvaro: -Flor, ¿sabes por qué no están la bolita de mensos? -No, no lo sé. -Los suspendieron, según fuentes informativas. -¿En serio? Qué mal ¡los deberían de correr! -Lo sé, pero yo les tengo miedo, por eso no hablo con ellos o si hablo es a su favor. -Pues que mal haces en hablar con ellos a su favor. Me retiré enojada de él. Terminó el día, pasaron una semana y regresaron la bolita menos Ana. Pasaron dos semanas y a la tercera se presentó ella. Llegó delgada, los ojos sin vida, sin alma. De nuevo la insulta, lo toman a juego, esa vez nosotras nos íbamos a ir a casa en camión. Salimos temerosas del salón, de la escuela. En las afueras estaban ellos parados en la esquina. Ya no eran 8, eran 12. Ella y yo caminábamos despacio y hablando en voz baja. Esos 12 nos persiguen. Nuestros pasos eran más rápidos. Llega un carro y nosotras doblamos a la izquierda asustada y por inercia. Nos corretean los 12 y nos arrebatan las mochilas. Las tiran sobre el piso y nos golpean. A mí me dieron dos puñetazos en la cara y dos puñetazos en el estómago y a Ana ni que hablar.

Yo estaba tirada en el suelo, sin fuerzas y a ella la golpeaban sin cesar, le apuñalaban el estómago, la arrastraban, ella lloraba, decía basta y le aventaban tierra en la boca, y yo inmóvil. Ana ensangrentada y ellos como diversión seguían y seguían golpeándola. Patadas sobre su cara, su estómago, vientre, yo solté un grito de dolor, un grito de ya no más. Se acercan dos tipos, me violaron, me dejaron en poca ropa, se derramaron en mí. A ella también la violaron desgarradamente, le rompieron la nariz y ya no supe más de eso, porque me desmayé.

Pasó una semana exactamente, desperté en el hospital, pues había estado en coma. No está Ana en el cuarto, ni en todos lados. Ana había muerto. Muerto descabelladamente y sin razón alguna. Sí, si era delgada pero no como calaca. Sí, si usaba lentes pero se le miraban bien. Sí, si tenía ojos verdes, pero un verde bonito, verde aceituna. Tenía cabello largo y negro y su tes era blanca. La extraño mucho y sin embargo no se hizo justicia. Los imbéciles se dieron fuga según lo que me contó mi madre. Todavía quedan las heridas, los recuerdos, la injusticia del director de la escuela, los padres que no la quisieron cambiar e escuela y ver cada día como sufría Ana. Hace 5 años de su muerte y aún no lo puedo superar. Le recito un poema cada noche en mi cuarto y en su cementerio:

Amiga, amiga del alma.
Te extraño.
Pasa el tiempo, aún no lo supero.

En mis noches lloro a cada instante,
No habrá otra persona sincera
Y pura como tú.
Espero que desde el cielo;
Descanses como el océano,
Vueles como el viento y
Sonrías por cada amanecer.

Que tu alma no esté encarcelada,
Esté libre y no encrucijada.
En mi despertar
Veo tu rostro sobre mi ventana,
Que las nubes forman tu cara.

Suelto en llanto por dentro y
Me hago fuerte por fuera.
Día con día te dejo una rosa blanca
En tu cementerio.

Te quiero, mi fiel amiga Ana.

-Karen Luna
   

martes, 20 de mayo de 2014

Amado mío




Amado mío, se que te he escrito mucho de amor,
pero es lo que me nace.

Cuando la tinta escribe sobre la hoja;
sale mariposas al rededor de ello.

Te anhelo,
te aprecio,
y te quiero.

Te quiero como el océano,
te quiero como a la selva que tiene sus grandes
árboles de hermosos troncos de color café como
el de tus ojos.

No tengo métrica para escribirte,
ni muchas palabras para decirte.

 No estoy en el amor inconexo
como los supuestos anteriores.
Es real como el castillo que hicimos en
nuestra imaginación.

Suave como la arena fina, delgada y
sutil.
Cierro los ojos y estás ahí,
ahí conmigo abrazándome,
guiarnos por el sendero del bosque
y por las cascadas del monte.

            -Karen Luna

Vagabundo



Estaba caminando por la calle dando vueltas inconexas, sin rumbo y sin camino. Nada tenía sentido, ni lo más preciable (mi vida) lo era.
Volteo hacia la esquina, observo como el ladrón robla la tienda, en el callejón cómo se besa la pareja con desesperació. ¿Y yo? Nada más sigo pensando y llorando a la vez.
Nade se acerca por que soy mal oliente, sin familia y adicto. No me queda más, mas que refugiarme sobre  mis pensamientos. 
Soy René, el que tenía todo y se fue en drogas y prostitutas; del al aire mi vida y dejo la muerte en el agua.

     -Karen Luna

Sentimiento



El sentimiento nos persigue,
cada día es una historia,
una experiencia,
risas,
cansancio, 
desgaste y 
convivencia.

Ver en cada rostro la fatiga y la emoción.
Es sentir el océano turbulento por ratos,
es ver el lago inmóvil y sentir
el viento calmado.

Cada paso es una cosecha,
cada cosecha es un crecimiento.
Nada se puede dejar a medias, todo 
tiene que terminar o decir un
adiós.
Un adiós difícil de aceptar y una gran
sonrisa para agradecer.

Ver en la memoria los recuerdos,
como el universo y sus estrellas en el cielo;
que pueden ser opacas o brillantes.

Algo así se asemeja a la vida:
momentos hermosos y 
momentos tristes, que todo tiene 
un comienzo y un fin.

               -Karen Luna

sábado, 10 de mayo de 2014

¿Qué más sigue mi caballero medieval?


 ¿Qué más sigue mi caballero medieval?
Si has sido el más valiene. Derrotar dragones
en medio del bosque, el deleitarme el mio cid
a través de mi ventana, escaparnos de nuestros padres
y perdernos en el bosque. Ver las estrellas fugaces y
escuchar el ruido de las lechuzas así como el
sonido del lago y el sonido del lago y el sonido de
nuestros corazones que se nos aceleran al er
nuestros y nuestras manos sentir.

¿Qué más sigue mi caballero medieval?
Si entre tú y yo atravesamos el Ecuador, descubrimos
por primera vez nuestros cuerpos, ser uno solo y ver el reflejo
sobre el espejo de cómo se movía la sábana con tanta
pasión y amor. Desde ese momento sentir  un lazo;
de dos a uno y uno para dos.

¿Qué más sigue mi caballero medieval?
Si tú ya me has llevado al cielo con tus caricias y
poemas, si me enamoras día con día con un beso
y con un te amo; que te nace  y no es por monotonía
o simplicidad. Si me miras todos los días
desde con amor desde  la primera vez que nos
enamoramos  y vimos nuestros cuerpos unir.

¿Qué más sigue mi caballero medieval?
Que me sigas enamorando, como yo te sigo enamorando,
seguir derribando barreras, llegando a las metas y lo más hermoso:
seguir siendo felices como lo hemos hecho hasta ahora.

               -Karen Luna

miércoles, 7 de mayo de 2014

Rabia




Oh los miedos que hay en el pasado,
me impide a caminar; me ata las manos
y me aruña la espalda.

Quiero corromperlo,
salir de ese agujero y no llorar
más.

El calor me mata,
el frío me mata,
hasta me matas tú con
tan solo verme.

Me matas con tus malditas
acciones tan fríbolas y áperas
que no dejas que nadie avance. Con
tus dedos que se encajan en cualquier
mujer como si fueras un don Juan o es más
como si tú fueras el rey  que coge amujeres
sin importarla edad.

Pensé que me iba a percatar de eso,
y no lo fue así.

Te adentraste a mí para amarme,
y ser apasionados y todo lo que surgió
fue amor podrido y desvanecido.

Quedé sucia, sucia por fuera y sucia por
dentro. Tan miserable fue nuestra histora,
o bueno la miserable fui yo.

Yo por estúpida y tú por aprovechado
y pensándola bien, inteligente  por manipularme
mujeriego.

Usas a las musas sin compación,
te las retuerses con tu sexo y las dejas ahí
tiradas en la cama, volteas y te burlas de ellas.

Lo sé, porque ellas mismas me lo han
contado.

 ¿Crees que eso es ser la persona más
fregona o ser el grande?
Pues no lo creo y creo que eres
un estúpido cobarde y mediocre.

          -Karen Luna


martes, 6 de mayo de 2014

Hoja


 
Ahora no escribo en cuaderno,
donde se encuentran mis recuerdos.

Encontré por ahí una hora;
hoja solitaria y sin chiste.
¿Por qué escogerla?
Para darle forma y vida. Vida
fantasiosa, vida vulnerable.

Necesita luz, necesita brillo y
más que nada necesita amor. Amor
del que necesita el vagabundo,
amor al anciano sin familia, amor
a el niño de la calle y el más importante:
el amor que necesito.

Hoja es la que escucha mis pensamientos,
que en ello plasmo lo que siento. Es mi
fiel hoja.

Mis pensamientos se estropea con todo lo
lúdico que hay en mi cabeza, no hay orden
y todo parece caos.

Pero en ti hoja...todo lo pongo en orden,
me gusta como se ve en tí el color grisáceo del
carbón, el grafito y la forma que lo crea.

Sabes, extraño a alguien. Alguien que vive
en mis pensamientos, en mis oídos y en
mi imaginación.

Es el motivo de mi plus,
el motivo por escribirle y
es el motivo de sonreír y
sonreír al ver un mensaje
de él.

Hoja que no quedaste abandonada
entre los rincontes de un
pequeño vacío.
Gracias por permitirme escribir,
eres blanca y no sucia.
Gracias por llenarte de letras porque
fue mi necesidad.

Te aprecio porque te agarré sentimiento,
desde la vez que te miré abandonada
mi querida hoja.

Tú sabes muy bien de quien estoy enamorada,
y escribo cosas muy cursis y románticas.
Es  mi encanto hoja, A.G.D es mi encanto.

Lo extraño y quiero que esté conmigo,
llenarlo de ternura y amor.
Eso es lo que más quisiera en
estos momentos.

                -Karen Luna

lunes, 5 de mayo de 2014

Necesito un sendero



Necesito un sendero,
algo que me guíe y que brille
en mi interior. No quiero
que se apague y pierda luz,
porque la luz prevalece ahorita
en mi ser.

Por favor, mantenme la llama
encendida para escribirte,
ya que lo hago de todo corazón y
de todo sentimiento.

No soy gran poeta, es más:
no sé si lo soy.
Con trabajo entiendo lo que son sonetos
y versos octosílabos. Sólo soy
ese alguien que transmite sus
sentimientos en forma de letras.

Los días trascienden y este sentimiento
crece, no quiero que se apague,
pero quiero que viva.

Tengo miedo del futuro,
tengo miedo al amor,
pero tengo más miedo al
juego del corazón.

Como Vicente Suárez dijo:
no te sería infiel ni en mis pensamientos,
pues esta frase te la dedicaré a tí.

Solo recuerda que vives en mis pensamientos
y que gracias a tí, volví
a escribir.

No importa si no me quieres,
pero me importará más si
me hablarás con la verdad.

Quiero que todo se inicie,
pero no quiero que termine.

Rebajo el grafito día con día,
gracias a tí.

           -karen Luna